pro-depresivos

en un cuarto muy pequeño,
donde el tamaño lo dictan los ocupantes,
resuelvo morderme los labios,
porque nadie quiere pegarme un tiro.
el arma esta cargada, y puesta sobre la mesa
e hice una promesa acerca de no hablar de esto
pero no es por querer llevarte la contra,
es porque es mi momento de decirlo
cuando no estoy tan vacio 
y estoy seguro de que alguien me escucha.
mientras tanto cuando estoy en la pileta
inento comprimir lo que el mundo no puede
mi cuerpo contra el desierto
y destruirme por dentro
para expresar en voz alta
que nadie grita como vos en la almohada
y que si un dia el sol nos encontrara
en el medio de una oportunidad
habria un eclipse solo por mis ganas
y es por eso que digo que me empezarias a odiar
y que seria dificil tomar mis pastillas.